Una introducción al teatro griego

El origen del teatro y la tragedia griega: 


La tragedia surgió a lo largo del siglo V a.C. en la Antigua Grecia en honor al dios Dionisio (dios del vino y los placeres), con la función de dejar cierta enseñanza en el pueblo a través de la representación de estos textos en el Teatro griego. Allí asistían tanto nobles como esclavos, y era el coro el encargado de dejar la enseñanza, representando a la “conciencia” de los ciudadanos y situado en la orchesta (de espaldas al público). Además, en el escenario llamado proscenio se encontraban los actores, detrás de ellos la skené o escena como una fachada de palacio o templo, y en el auditorio (gradas tabladas en la colina) se encontraba el público. Podemos observar estas características en el siguiente video e imágen:






Tres grandes autores fueron Esquilo, Sófocles y Eurípides. Sófocles introduce un tercer actor en el escenario y aumenta el número de coruetas de doce a veinte hombres, lo que le da mayor vivacidad dramática a la obra. Dos de sus textos más importantes son tanto Edipo Rey como Antígona.

Ubicación histórica de Antígona

Edipo Rey: Antígona es la hija de la reina de Tebas, Yocasta, y del hombre que salvó a esta ciudad de la esfinge, logrando convertirse en el rey tebano: Edipo. Antígona lleva en su historia la maldición que cayó sobre su padre, que al ir en contra del oráculo divino, mató a Layo (su padre) y se casó con su propia madre (Yocasta); así es como Antígona es hija y medio hermana de Edipo. Luego de percatarse de sus actos, Edipo se arranca los ojos (que no le han servido para ver la verdad) y es desterrado, sucediendo su cargo Creonte (hermano de Yocasta y tío de Antígona, Ismena, Polinice y Eteocles).


La historia transcurre en Tebas, luego del enfrentamiento entre Polinice y Eteocles que terminó con el fallecimiento de ambos. Creonte anuncia que Polinice no tendrá un entierro, llantos ni rendimientos, siendo su cuerpo arrojado y devorado por las aves de rapiña, a causa de intentar atentar contra la ciudad. Antígona transgrede las órdenes del rey para actuar a favor de las leyes divinas y decide enterrar a su hermano Polinice y brindar  los rendimientos que se acostumbraban.


¿Por qué es un clásico?

Podemos responder esta pregunta caracterizando a un texto clásico. Por un lado, es una obra teatral con la cual podemos identificarnos o no. Ciertas personas se verán identificadas con la valentía o fraternidad de Antígona, otras con la humildad de Ismene, con la pasión de Hemón, o la prepotencia de Creonte. Es una obra que en este aspecto refleja características de las personas que son muy opuestas. Por supuesto, estas características reflejan también las costumbres de dicha época, el respeto a las leyes divinas y las humanas de diferente manera. Por otro lado, es una obra con una primera lectura o lectura de descubrimiento que también es releída. Puede ser releída focalizándose el lector en los diferentes personajes, analizándolos en particular, o bien centrándose en la función del coro. Estas relecturas hacen que esta obra perdure en el tiempo como un texto antiguo de gran importancia, realizándose a diferentes edades, como en la juventud o siendo adulto.




En la actualidad

            Con respecto a este último punto, podemos observar como perdurando en el tiempo, puede estar tanto en primer plano o como ruido de fondo. Quizás eso sea más que nada personal, pero actualmente la obra se presenta en numerosas situaciones. Desde lo más amplio o general, tanto leyes divinas como humanas se reflejan recordando momentos fraternales de Antígona  y Edipo Rey: a la hora de preguntarnos qué leyes están por encima de cuáles, estas obras de Sófocles evalúan situaciones que suceden desde la antigua Grecia. Refiriéndonos más a lo puntual, hay situaciones en las cuales dicha obra puede aparecer en primer plano, y nos referimos a momentos de las relaciones entre hermanos principalmente. En este aspecto es una obra que puede llegar a cada persona más profundamente, con la fraternidad ante todo. Además, aparece en primer plano como una obra teatral educativa que recorre a toda la sociedad: enseña y llega a través del coro, a la conciencia de cada persona para educar a los ciudadanos; educa acerca de leyes tanto morales como jurídicas que pueden estar presentes o no en este momento, ejemplificando cada una de ellas con sus causas y consecuencias.


Para cerrar, un comentario sobre la obra

Sófocles inicia esta tragedia luego de la muerte de los dos hijos de Edipo uno a manos del otro. Ante esta situación, el rey de Tebas (Creonte, hermano de Yocasta y tío de ambos hermanos, Ismena y Antígona) decide otorgar honras fúnebres como héroe nacional a Eteocles, mientras que prohibe el enterramiento del cadáver de Polinices por considerarlo traidor a la patria. Es así como Antígona, girando en torno a la problemática de dejar insepulto el cadáver de Polinices (donde para esto debemos considerar que ser sepultado significa recibir honras y entrar en el Hades, el reino subterráneo de los muertos), es una obra transcurrida en la antigua Grecia que muchos consideran la obra más sublime del espíritu humano.


Se lo considera un clásico del Teatro Griego, una tragedia donde se evalúan leyes divinas y humanas, un texto representado como obra teatral para todo el público con una función educativa, donde asistían tanto nobles como mujeres y esclavos.
Presenta situaciones muy diversas que destacan costumbres del siglo VI a.C., cultos que se rendían a los dioses, creencias sobre el mundo de los vivos y de los muertos, la presencia del héroe trágico ante todo, y características propias de cada personaje que nos permiten identificarnos y distinguirnos.

La valentía, la pasión, el amor, la violencia, la soberbia o hybris, el sufrimiento, la ceguera, el castigo y el poder están presentes en la obra triunfando o siendo derrotados, apareciendo alrededor de cada personaje y en la conciencia de cada espectador o lector.


BIBLIOGRAFÍA