Para cerrar, un comentario sobre la obra

Sófocles inicia esta tragedia luego de la muerte de los dos hijos de Edipo uno a manos del otro. Ante esta situación, el rey de Tebas (Creonte, hermano de Yocasta y tío de ambos hermanos, Ismena y Antígona) decide otorgar honras fúnebres como héroe nacional a Eteocles, mientras que prohibe el enterramiento del cadáver de Polinices por considerarlo traidor a la patria. Es así como Antígona, girando en torno a la problemática de dejar insepulto el cadáver de Polinices (donde para esto debemos considerar que ser sepultado significa recibir honras y entrar en el Hades, el reino subterráneo de los muertos), es una obra transcurrida en la antigua Grecia que muchos consideran la obra más sublime del espíritu humano.


Se lo considera un clásico del Teatro Griego, una tragedia donde se evalúan leyes divinas y humanas, un texto representado como obra teatral para todo el público con una función educativa, donde asistían tanto nobles como mujeres y esclavos.
Presenta situaciones muy diversas que destacan costumbres del siglo VI a.C., cultos que se rendían a los dioses, creencias sobre el mundo de los vivos y de los muertos, la presencia del héroe trágico ante todo, y características propias de cada personaje que nos permiten identificarnos y distinguirnos.

La valentía, la pasión, el amor, la violencia, la soberbia o hybris, el sufrimiento, la ceguera, el castigo y el poder están presentes en la obra triunfando o siendo derrotados, apareciendo alrededor de cada personaje y en la conciencia de cada espectador o lector.